Shen Jin, señorita mimada que crecía con mucho amor y cuidado, se casó lejos de la frontera debido a la bendición del emperador. Ella se quedó enamorada a primera vista de su esposo, general Chu Xiuming, pero por su identidad especial no pudo integrarse en el Ejército Chu. Con el fin de obtener la dignidad y el amor en el nuevo entorno, Shen Jin gradualmente se quitaba la delicadeza y la hipocresía, ayudó a los soldados fronterizos a resolver problemas con sus propios recursos únicos y agudos pensamientos. Poco a poco establecía su propio prestigio y ganaba el apoyo de los soldados. La situación del corte cambió repentinamente, el emperador sospechaba cada vez más al Ejército Chu, tomando los padres de Shen Jin como rehenes, emitió un edicto secreto a Shen Jin para que ella trabajara como la espía real y vigilara al Ejército Chu. El Ejército Chu y Shen Jin, tras sobrepasar muchos dificultades violentas, ellos dos defendieron la paz nacional, al mismo tiempo cosecharon un amor feliz.